miércoles, 15 de enero de 2014

Veo Veo #5: Una canción

Cada vez que recuerdo esa situación, es como si estuviera viendo una película. Es como si me hubiese salido de mi misma y viera todo desde afuera. Fue una situación bizarra, perfecta pero bizarra en un buen sentido, sin duda.

Resulta que había comenzado un viaje con suerte dudosa (mínimo): la aerolínea canceló mi vuelo por condiciones climáticas (ojo, solo el mío, todos los demás aparentemente eran aviones superpoderosos (?) ) y yo tuve que salir 3 días después de lo planeado. Era mi primer viaje sola, al otro lado del mundo!! 

Tuve que cambiar el vuelo siguiente a ese. Y para que el costo no se elevara tanto cambiando otros vuelos, renuncié a un destino donde sólo iba para tomar el siguiente vuelo. Así que me perdí de un lugar que me había tomado mucho tiempo elegir y al que había muy pocas chances de que volviera alguna vez, pasé todo el día de mi cumpleaños arriba de un avión con gente que hablaba idiomas bastante extraños (cuando había encastrado todo para que justo ESO no pase) y me comí una amargura gigante porque hasta que supe cuando salía pasaron muchas discusiones, peleas, desinformación, lavado de manos, etc. etc. etc.

En el segundo destino me esperaba mi amiga. Y ella también había sufrido las consecuencias de mis cambios. Me tuvo que esperar sola cuando se suponía que íbamos a estar las dos juntas, después de mucho tiempo, conociendo lugares increíbles.

Llegué la noche de 3 días después de lo previsto, la noche de mi cumpleaños. Y la llegada al hostel tampoco fue fácil. Me encontré con una cultura muy diferente, donde me costó bastante comunicarme, y donde me dieron la bienvenida varios embusteros locales.

Ya estaba en el baile, así que traté de que me afectara lo menos posible, de ponerle la mejor actitud. Y cuando llegué a destino, la actitud la pusieron por mí. Terminó siendo uno de mis mejores recuerdos. 

Primero, el reencuentro ya sumaba por sí mismo. Extrañaba un montón a mi amiga y habíamos planeado mucho esa visita al final de su viaje, así que a pesar de todos los problemas iniciales, estar ahí finalmente ya había curado todo. Pero ella se encargó de sumar aún más: me había comprado una torta de mi dibujo favorito (oh sí, mi niña está muy (algunos utilizarían "demasiado") viva dentro de mí), y un regalo, muy significativo, también de ese personaje que había comprado en uno de los lugares que había visitado. Y todavía más: me invitó a cenar una comida típica del lugar. Así que aunque solo lo visité una noche, sentí que lo conocí al menos un poquito más.

Terminando de cenar, fuimos a caminar un poco para después volver al hostel. En un momento pregunté que había "ahí enfrente" y resultó ser la playa. Cruzando para verla, fue cuando pasó: me dí cuenta de dónde estaba, con quién estaba y lo bien que la estaba pasando a pesar de todos los problemas con los que había empezado. Me dí cuenta de que cumplía años por primera vez en mi vida con calor en una playa muy lejos de casa, que estaba con mi amiga a quien no veía hacía mucho, que me había animado a llegar hasta ahí sola y que lo había logrado, que estaba en un lugar en el que nunca antes había imagina que podía conocer...

Y mientras me daba cuenta, cuál baldazo de agua fría, de todo eso, a media cuadra una banda en un lugar para comer, empezó a tocar LA canción.

Era ESA que el mismo día que saqué pasaje apareció en una serie en la tele, que me tocó el alma, que cuando escuchaba viajando en el colectivo me imaginaba allá, lejos, conociendo el mundo entero, invencible; que escuché mientras no podía parar de llorar porque se había cancelado mi vuelo, que escuché en el avión muchas veces una vez que salí. Esa canción marcaba ese viaje, marcaba esa etapa, esa nueva yo que estaba naciendo. No podía ser casualidad, no, las casualidades no existen.

ESA canción, en ESE momento en el que me daba cuenta cuan feliz era de estar ahí, de vivir ese instante, esa experiencia. Era ESA canción diciéndome que estaba en el lugar correcto y en el momento correcto, que todo lo que había costado había sido por algo. Que valía la pena la desilusión y el miedo que me había causado el mal comienzo, que ya todo había pasado. Que disfrute.

Y es que eso hacen las canciones, ¿no? Nos marcan las etapas, los estados de ánimo, nos ayudan a llorar, nos hacen sentir los más poderosos, nos hacen desear tener la voz para cantarlas perfectamente, nos transmiten esperanza, nos hacen reflexionar, nos enamoran, nos ponen la piel de gallina, nos transportan siempre a momentos de la vida. Nos marcan y nos hablan como los libros, me es imposible no encontrarles el parecido. Nos hacen sentir alegría cuando a alguien le gusta la misma canción, nos hacen sentir que ya hay algo que nos conecta.

¿No les pasa acaso que cuando están con determinado ánimo van directo a una canción? ¿Que cuando piensan mucho en alguien o algo van a otra? 





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Este post es parte de un juego creativo que se llama "Veo Veo". Ese juego que jugábamos siendo chicos y que ahora es una excusa para conocer lugares y experiencias de todos los que participan. Se hace una vez por mes y los temas se eligen en el grupo Veo Veo de Facebook. Sumate!! Todos pueden participar.
En Twitter también podes seguir este juego, con el hasgtag #veoveo.

Para leer otros #Veo Veo:

jueves, 9 de enero de 2014

En la tranquilidad de Baradero

Empezó el 2014 connnn todo (suena la voz del locutor de telefé)
¡Se viene un verano movidito! Renuncia, mudanza, preparativos... y viajecitos! Siii!!! Antes de irnos de viaje largo vamos a tener mini viajes! Pero eso lo cuento luego.

Arrancó el 2014, finalmente estamos sobre el mismo calendario, en poco menos de 4 meses partimos. Andamos mirando mochilas para novio, haciendo listas de trámites y cosas por hacer, y tachando días. Se vienen meses intensos en muchos sentidos. ¿Quién me bancará ahora? jaja.

Cómo les había contado antes de terminar el año me fui a conocer Baradero. Es un pueblo que queda muy cerca de San Pedro, al norte de la provincia de Buenos Aires, en el límite con Entre Ríos. Es entre una hora y media y dos de viaje desde la Capital Federal.





Si tuviera que describir Baradero en una sola palabra, diría "Tranquilidad". En un pueblo muy lindo, con calles de tierra, muchas casas quinta, y un centro que se aleja también del caos que vemos en la ciudad. Su gente camina más tranquila, más relajada. Se huele verde por todos lados y se ven muchos pescadores victoriosos por la orilla del río.

Me pareció un buen destino para hacerse una escapada. No queda lejos de Capital Federal y realmente es un cambio de aire. Ni hablar si quieren ir a pescar. Un lindo destino para bajar un cambio, caminar, andar en bicicleta, estar un poco más en contacto con la naturaleza.

En los días que estuvimos nosotros hizo un calor muy, muy intenso. Estaba agobiante el clima, así que las recorridas se redujeron bastante. Iba con muchas ganas de salir a caminar, pero estar abajo del sol te hacía terminar cual asado reseco. Sólo el último día, que estuvo nublado pude aprovechar y recorrer un poco más. Así que me volví a Capital Federal con la promesa de volver a visitar Baradero pronto y poder contar más cosas.

Pero les dejo algunos de sus rincones para que lo vayan conociendo.





¿Visitaron Baradero alguna vez? ¿Que otros lugares no muy lejos recomiendan para huir un poco de la ciudad?

Aloo 2014! :) Que sea un gran año para todos! Que venga lleno de coraje, inspiración y energía! Así empezamos a cumplir las cosas que más deseamos!